El Mejor Banco EspañolPolémica bancaria sobre la liberalización de tipos de interés | Edición impresa. BANCO POPULARRAFAEL TERMES (Consejero delegado)La elevación de los tipos de interés, que presumiblemente seguiría a la libertad, podría contribuir al fomento del ahorro, pero a condición de que, al mismo tiempo, se quiebren las expectativas inflacionistas. A la tasa de inflación actual, por mucho que se eleve el tipo de los activos financieros a disposición del público, el interés real para el inversor resultará negativo. Por lo que respecta a los depósitos de la Banca, aunque la experiencia nacional y extranjera dice que, probablemente, por razones de liquidez, los depositantes soportan este fenómeno durante algunos períodos, la realidad es que en los dos últimos años el crecimiento de los depósitos de la Banca, en términos reales, está prácticamente estancado. Por ello, para estimular el ahorro bancario, sería necesario que la liberalización de los tipos de interés tuviera lugar dentro de un plan más amplio de saneamiento de la economía. Cuestionario. 1. ¿Cree que la libertad de tipos de interés estimularía el ahorro? ![]() Caso de estar a favor de la liberación de los tipos de interés, ¿se inclinaría por una libertad completa y de una sola vez para todos los tipos de bancos y cajas, o preferiría una libertad parcial y paulatina, porejemplo los tipos de activos y pasivos más de un año primero, para pasar más tarde a la liberalización general? Opina que esa liberalización debería extenderse también a los fondos públicos e ir acompañada de una reestructuración M actual crédito oficial? En las presentes circunstancias del país, estoy a favor de la total libertad legal de los tipos de interés. Y ello por dos razones. La primera es de carácter conceptual y parte de que, como es bien sabido, los componentes del mercado de cualquier bien son su cantidad y su precio. ![]() Si el mercado quiere controlarse, puede fijarse uno u otro de los dos factores, dejando que el factor fijado determine el otro, lo que no puede hacerse es fijarlos los dos a la vez. Desde el momento que la política monetaria española se ha fijado como objetivo un determinado crecimiento de la cantidad de disponibilidades líquidas, es evidente que el precio de las mismas, que es el interés, debe quedar al libre juego del mercado. La autoridad monetaria podía haber optado por el control de los tipos de interés, a niveles altos o bajos, según la coyuntura, dejando que la cantidad fuera la variable residual; pero, desde que en 1. La segunda razón, es que estoy convencido de que las autoridades no pueden, o no desean, contener el actual incumplimiento de las condiciones legales de intereses pasivos. En este sentido, el presidente del Banco Popular en carta de fecha 2 de agosto de 1. Hacienda que, dejando totalmente libres los tipos de interés, se encargara, como se hace en otros países, al Consejo Superior Bancario y a la Confederación Española de Cajas de Ahorros, la elaboración de recomendaciones a Bancos y Cajas, para que, en evitación del excesivo encarecimiento del crétito, los tipos pasivos se eleven sólo lo estrictamente indispensable para obtener el nivel de depósitos de ahorro y a plazo que en cada momento, sea necesario para financiar el crédito al sector privado. Desde el punto de vista de la imagen de la Banca y de las Cajas, creo que aunque, por el juego de la competencia, estas recomendaciones institucionales fueran desatendidas, la situación sería mejor que la competencia irregular que resulta del incumplimiento actual de disposiciones de obligado cumplimiento. Partiendo del supuesto de que libertad equivale a elevación, se acostumbra a decir que la libertad de los tipos de interés perjudicará a las empresas, porque se las supone incapaces de pagar los elevados tipos que resultarán para el crédito. Creo que esta opinión habría que matizarla. En primer lugar hay que decir que, si la libertad de los tipos pasivos se decreta de manera que no haga falta publicar en el Boletín Oficial los intereses a pagar durante el trimestre, los intereses libremente negociados con la clientela serán función, como es lógico, de la cantidad y el plazo. Con ello, cabe pensar que el encarecimiento medio del pasivo puede ser menos fuerte que el que resultaría de una elevación lineal de los intereses. En segundo lugar, el encarecimiento del crédito puede paliarse si la liberalización de los tipos de interés viene acompañada de una racionalización de los empleos forzosos de los Bancos y las Cajas. En este orden de cosas, habría que reducir algo más - al 5 %, aproximadamente- , el coeficiente legal de Caja; aumentar notablemente - a no menos del 7 %- , el rendimiento. Cédulas para Inversiones, a través de las cuales se financia el Crédito Oficial con recursos detraidos de la Banca Privada; y finalmente, liberalizar los tipos de interés de las operaciones de crédito a los sectores preferenciales incluidos en el coeficiente de inversión. La única obligación de la Banca, a este último respecto, debería ser la cobertura del coeficiente con operaciones de carácter preferente, pero a tipos de interés libres y, por lo tanto, normales. Actualmente, los bajos tipos de interés - totalmente irreales- , aplicados a los Fondos Públicos y a las operaciones computables en el coeficiente de inversión son, en realidad, subvencionados por los usuarios del crédito normal, que pagan más de lo que pagarían si no existieran estos dos sectores prefertnciales. En mi opinión el crédito, tanto si es oficial como si es privado, no puede tener más que un precio,que es el precio de mercado. Si el Gobierno - tras un análisis muy crítico- cree que hay sectores que por razones de interés nacional, necesitan financiación más barata, podría subvencionar una parte de los intereses pagados por estos sectores, con cargo al Presupuesto del Estado. Entre otras cosas, el país tiene derecho a saber lo que supone, en términos de coste de oportunidad, el sostenimiento de estos sectores pretendidamente de interés nacional. Por otra parte, hablando siempre en el contexto de un plan global para el saneamiento de la economía, el encarecimiento del crédito, en una cierta medida, es un factor deseable para ajustar el coste de capital y trabajo a sus escaseces relativas, y provocar la inclinación de los empresarios hacia inversiones que demanden más mano de obra y contribuyan, a medio plazo, a la absorción del paro. BANCO DE VIZCAYAENRIQUE SENDAGORTA(Consejero delegado)1.
![]() Progresiva de los tipos de interés de las distintas operaciones de activo y. bancos competir por el negocio minorista de pasivo ofertando precios, frente al. · El proceso de inclusión financiera implicó una reducción progresiva de los aranceles que los bancos cobran por las transacciones con tarjetas de. Los bancos se están replanteando el modelo tradicional de competir. siguieron un proceso continuo de liberalización progresiva de comisiones y tipos de interés. ![]() Pisos De Los BancosLa libertad de tipos de interés, en el supuesto razonable de que fuera seguida de una elevación en la retribución de los depósitos bancarios, tendría indudablemente algún efecto estimulante sobre el ahorro, pero en mi opinión dicho efecto, visto globalmente, sería muy pequeño y tendría contrapartidas importantes. Si consideramos los tres grandes bloques de ahorro interior - el de las empresas, el de las familias, y el del Gobierno- descubriremos pronto graves problemas de la economía española que identifican las causas que fundamentalmente están afectando a aquél: Primero. Una política de rentas discriminatorias contra las empresa! Al degradarse, al no autofinanciarse en proporciones adecuadas, se ciega la afluencia del ahorro hacia aquéllas con perjuicio de la inversión y la creación de puestos de trabajo. Segundo. Unos modelos de consumo superiores a nuestro niel de desarrollo. Una auténtica explosión de apetencias no proporcionadas con la riqueza del país. Tercero. La incapacidad delpara producir superávit suficiente entre sus ingresos fiscales y sus gastos corrientes. Ahora bien, la libertad de tipos te interés, en estos momentos, tendría efectos importantes sobre todo el sistema económico. Los mercados financieros están sien lo sometidos a tensiones muy Vertes y es muy difícil predecir cuál sería el efecto de una brusca libertad de tipos de interés tanto activos como pasivos. En cuanto a los tipos pasivos, hay que considerar su efecto sobre los mercados de acciones y obligaciones. En cuanto a los activos, no cabe duda que repercutirían sobre los costos financieros le las empresas y sobre las ganas le emprender de los empresarios. Parece que este punto merecería una altísima prioridad. No me olvido que quizá, aunque esta encuesta habla únicamente de libertad de tipos de interés, en lo que se está pensando es en la incompatibilidad de los tipos actuales con tasas de inflación del orden del 2. Esta situación encierra un desajuste socioeconómico evidente, pero no es el único. Piénsese que una subida de tipos de interés podría acelerar más aún la inflación, tanto en su consideración de factor de coste como en el de aumento de las expectativas inflacionistas. Y es a la inflación, no sólo a sus efectos, a la que hay que combatir. Si se habla de una mayor liberalización, sería necesario incluir en dicha política la normalización de la financiación del sector público y la adecuación de sus tipos de interés y por supuesto evitar la compartimentación de circuitos financieros y la proliferación de tipos subvencionados. Las distorsiones que estas compartimentaciones pueden producir,y que de hecho están produciendo en España, son notables. Somos partidarios de un apoyo decidido a la inversión, a la exportación y a la empresa, pero quizás no sea el camino más adecuado la proliferación de artificios, ayudas y circuitos privilegiados de crédito. Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1. Gobernanza financiera - Wikipedia, la enciclopedia libre. Se entiende por gobernanza financiera el conjunto de procesos, reglas, normas, valores e instituciones a través de los cuales los diferentes actores (organismos públicos locales, estatales e internacionales , así como empresas, movimientos sociales y ciudadanos, entre otros) gestionan las finanzas, es decir los sistemas y los mercados financieros, en cualquier territorio desde la escala local a la mundial. En tanto que suma de elementos diversos, la gobernanza financiera presenta una "arquitectura" o "cartografía", es decir un modelo formal más o menos estructurado en el que se sitúan éstos elementos y las relaciones que se establecen entre ellos. La progresiva globalización de los mercados financieros y la influencia determinante de la economía mundial sobre las economías nacionales, que han tenido lugar durante las últimas décadas, provocan que la problemática, los desafíos y las actividades relacionadas con las finanzas, es decir, la gobernanza financiera a escala mundial, pasen a ocupar hoy en día una situación predominante, en comparación con la gobernanza de las finanzas que acontece en escalas inferiores y especialmente en detrimento de los sistemas financieros nacionales. Por ese motivo será también objeto de especial interés en esta nota. Todo sistema financiero tiene por misión fundamental la aportación, la autorización y la valorización de crédito para la sociedad de la que forma parte. Según Dembinski[1] la finanza es un subsistema económico que cumple tres funciones específicas: a) garantizar el tráfico de pagos; b) recolectar el ahorro y ponerlo al servicio de proyectos de inversión; y c) evaluar el riesgo, atribuirle un valor y permitir que sea asignado de forma eficiente. Según Germain[2] a la misión principal de cualquier sistema financiero contemporáneo de asegurar el aporte de fondos para el desarrollo de la sociedad, se añade la procura de un cierto grado de equidad social y de autonomía política. En la actualidad el sistema financiero se caracteriza por dominar al mercado económico por el mayor valor y la mayor inmediatez de sus transacciones, en un contexto en el que los dos compiten en el mismo terreno (uso de los mismos medios de cambio, concretamente el mismo sistema monetario). Desde una óptica geopolítica, el sistema financiero mundial contemporáneo se caracteriza por una transferencia creciente de influencia hacia los países emergentes a causa de la expansión económica de sus mercados. Finalmente la Crisis financiera de 2. Según Germain se trata de determinar qué organizaciones están implicadas en la gobernanza, y cómo interactúan, mediante normas y acuerdos, en miras a producir sistemas transparentes, legítimos, eficientes y justos. A raíz de esta crisis, un número cada vez mayor de autores (ver la sección de propuestas) concuerdan en la necesidad de dejar atrás un modelo financiero orientado hacia la maximización del corto plazo y de la especulación, y entrar en otro que recupere su función original de apoyo a la eficacia de la economía productiva como uno de los factores generadores de bienestar social. El papel de las finanzas en la economía (a escala mundial, nacional y local)[editar]Globalización de las finanzas[editar]Según Dembinski,[3] la globalización financiera comporta la fusión progresiva de los sistemas financieros nacionales en un sistema global emergente. Este sistema consta de dos niveles: un mercado financiero global que aporta financiación a las empresas mayores a escala mundial, y la suma de los fondos en todo el mundo que constituyen el nivel local, y que canalizan cada vez más ahorros y dinero en efectivo hacia el primer nivel. El autor señala que no es seguro, por un lado, que esta estratificación sea eficiente desde un enfoque económico, mientras por otro limita la capacidad de acceso a la financiación de las pequeñas y medianas empresas. Dembinski apunta también que el sistema financiero ha devenido la osatura de la economía y de la sociedad contemporánea siendo que así cada vez más es el grado de solvencia el que determina cuáles son o pueden ser los derechos de las personas, las comunidades o los países. Crisis financiera y agenda global[editar]Este carácter central de las finanzas respecto de la economía, y de la economía respecto de la organización social, hace que algunos autores[4] sitúen la crisis del sistema financiero en el marco de una crisis sistémica generalizada que afecta al conjunto de la economía, de la sociedad y del planeta, y que se manifiesta por signos tales como la pobreza y la desigualdad (entre países y en el seno de cada país), un comercio internacional regido por normas injustas que benefician solo a unos pocos, un modelo energético depredador que agota las fuentes por exceso de demanda, y el cambio climático como consecuencia de modelos de desarrollo y consumo insostenibles. Frente a todo esto, se apunta que una refundación del sistema financiero es necesaria pero insuficiente: lo que hace falta es una agenda global a escala mundial que lleve a un cambio de paradigma, y de la cual la refundación del sistema financiero global forme parte junto con otras transformaciones que lleven a "[un modelo] de globalización distinta que no solo se guíe por principios de rentabilidad, sino también de justicia, de solidaridad y de responsabilidad ante los ciudadanos." (ver la sección de propuestas)Liberalización financiera[editar]El sistema financiero de la primera década del siglo XXI es el fruto de cuatro décadas de liberalización financiera, iniciado en los primeros años 1. Según Ibase[5] se trata de un proceso doble que tiene lugar paralelamente en las escalas nacional e internacional."Por un lado, la liberalización financiera nacional está centrada en la desregulación de mercados financieros nacionales y en la consiguiente modificación de los instrumentos de política económica para adaptarse a las nuevas reglas. La idea que los mercados financieros totalmente libres podrían ser una amenaza fue substituida por la ideología de que los mercados no se equivocan".[6] (..)"Cuando un país permite la libre entrada y salida del capital financiero está enviando señales a los dueños de las riquezas locales que ahora tienen una opción entre someterse a las leyes nacionales o trasladar sus operaciones a un ambiente más amistoso. Esto significa que si el gobierno de un país decide reducir la tasa de interés para estimular el crecimiento y el empleo en su economía, los dueños del capital financiero pueden optar por llevarse su riqueza a otro país más atractivo, forzando al gobierno a revertir su política económica. De hecho, no es solo la libre elección de una política monetaria lo que se ve afectado. La decisión de imponer impuestos progresivos, por ejemplo, tendrá que enfrentar la reacción hostil de los inversores con respecto a dicha política. Si la política les parece inaceptable pueden simplemente huir con su capital a otro país. Esto puede ocurrir con cualquier política que no sea del agrado de inversores y rentistas. La mayor parte del tiempo no es necesario que la fuga de capitales ocurra realmente. La mera amenaza de iniciar un episodio de fuga de capitales intimida lo suficiente a los gobiernos nacionales como para hacerlos reconsiderar su posición."[6]"Por otro lado, la liberalización financiera internacional (..) consiste en desmantelar los controles de capital para aumentar la libertad con la cual el capital financiero puede moverse a través de las fronteras nacionales". Durante la segunda década de los años 1. El desmantelamiento de los controles de capital expuso a aquellos países que los habían implementado a una creciente volatilidad y a crisis financieras recurrentes, entre otros efectos devastadores, sin un aumento perceptible en términos de desarrollo económico. La liberalización, por lo tanto, le abrió las puertas al capital financiero, pero no al capital productivo. El capital financiero no busca oportunidades de convertirse en capital productivo sino que especula con las diferencias entre valores productivos. Cuando la liquidez es abundante en los mercados financieros internacionales, como actualmente, hay un exceso de capital financiero en busca de oportunidades en todo el mundo, sobrevaluando el tipo de cambio en los países en vías de desarrollo, dificultando sus exportaciones e incluso amenazando sus niveles internos de producción frente a la competencia de las importaciones baratas".[6]La escala nacional y la gobernanza financiera[editar]Según Germain,[7] existen dos elementos de resistencia de la escala nacional frente a la dominación del carácter global de la gobernanza financiera, estos son en primer lugar un "interés propio orientado hacia el exterior" según el cual los gobiernos favorecen el establecimiento de reglas internacionales que favorezcan sus propios intereses y los de las instituciones financieras principales de su país. El segundo elemento es un "interés propio orientado hacia el interior" según el cual los gobiernos y las instituciones financieras de un país resisten la imposición de normas y reglas internacionales que entren en conflicto con las prácticas nacionales existentes. A estos dos elementos se añade la prerrogativa de emisión de la moneda, base material del sistema financiero. La gobernanza financiera local[editar]A escala local no existen todavía de manera generalizada verdaderos sistemas de gobernanza financiera en los cuales intervienen diferentes actores. Así, al menos en África, y según Yatta[8] las colectividades locales evolucionan en un contexto difícil caracterizado por el desfase entre las nuevas competencias transferidas por la descentralización y las cantidades asignadas en los presupuestos locales. Los presupuestos participativos son experiencias desarrolladas especialmente a escala local en todo el mundo, en los que se ha desarrollado la democracia participativa como sistema para la elaboración de los presupuestos de las entidades concernidas.
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